Según un estudio realizado por la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), Argentina ocupa el tercer puesto entre los países más perjudicados por la pesca ilegal a nivel mundial y es el mayor damnificado en Latinoamérica.
Raúl Cereseto, Presidente de la entidad a cargo del reporte, detalló que los números se corresponden con los resultados de un trabajo que se llevó a cabo durante el primer semestre del año, a través del entrecruzamiento de datos de una investigación propia (basada en reportes de especialistas en la materia) e informes de otras entidades como la Financial Transparency Coalition (FTC), el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad Americana (CLALS), la Global Fishing Watch, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre otras.
A saber, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) genera pérdidas millonarias a las naciones en desarrollo y a nivel general, las pérdidas globales se estiman en hasta USD 50 mil millones.
Específicamente, Argentina experimenta anualmente pérdidas de hasta 3,500 millones de dólares debido a esta actividad ilegal, ubicándose en segundo lugar detrás de África, que pierde casi 12,000 millones de dólares en su conjunto, y por delante de Indonesia, donde se calcula que se roban 4,000 millones de dólares.
A nivel regional, en América Latina, nuestro país encabeza el ranking de mayores pérdidas económicas. Casi siete veces más que Perú (USD 500 millones) y unas doce veces más que Chile (USD 300 millones).
Según el informe de la FULASP, aproximadamente el 60% de los buques industriales y semindustriales involucrados en la pesca ilegal son de origen asiático, principalmente de China. El 25% restante pertenece a embarcaciones de países de América Latina, África y Europa en proporciones similares. Además, el 80% de las empresas implicadas tienen inversiones relacionadas con China.
Antecedentes
En el informe también se detalla que esta situación en Argentina comenzó a darse 25 años atrás, cuando la flota china empezó a operar en la Zona Económica Exclusiva (ZEE), enfrente de las costas de la Patagonia.
La primera vez que la Prefectura nacional detectó un barco chino involucrado en pesca ilegal en aguas argentinas ocurrió en 2001, cuando solo unas pocas docenas de embarcaciones representaban una amenaza para los recursos pesqueros. En la actualidad, el gigante asiático ha construido la flota pesquera más grande del mundo en tan solo dos décadas, con casi 3,000 barcos, de los cuales más de 400 operan de manera ilegal en el Atlántico Sur.